miércoles, 14 de abril de 2010

Zerkalo sin sonido

Ver El Espejo sin sonido es toda una experiencia. En general creo que la narrativa se fragmenta casi en su totalidad. Es distinto. No puedo decir que la película pierda tal cual, porque creo que al quitarle el sonido se le agrega una tercera dimensión a la imagen, en la que se facilita la percepción de la profundidad en ciertos movimientos de cámara, o en los rostros de los actores, o en el detalle del decorado. Guarda otro nivel de lectura, la película, cuando se le mira en silencio.

La segunda secuencia, con el tartamudo, al no escucharse que es tartamudo, da la impresión de que se trata de un chico poseído.

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOTIK-dkhjniEChh8WwfacLGNdSa1I5gSXZwb8bYmwfrih434DIkoar1xQSlCelzrjPKlIE2rl-9I_bD8TnNAuEgEOmxjRIiHEon2D_81mvEqpExcgfNOEkTBQFw2hKXVIs-ppZxsDNBw/s400/01.png

En otras secuencias uno encuentra relaciones visuales que antes habían pasado desapercibidas, por ejemplo vínculos motrices entre dos imágenes o transiciones de una mano a otra mano, de huída a huída, de mirada a mirada, en dos secuencias distintas. Sin embargo esta misma secuencia gana mucho cuando se entabla la discusión entre las dos mujeres, ya que uno al no estar escuchando el diálogo, tiene que concentrarse en su totalidad en las expresiones de los rostros y creo que las actuaciones de ambas son espectaculares y sinceramente no lo había sabido apreciar hasta esta ocasión.

http://www.coldbacon.com/pics/movies/mirror-street1.jpg

Creo que la falta de poemas no hacen menos poéticas a las imágenes, inclusive tal vez las liberan un poco y eso me gusta. Aunque la secuencia de los soldados se hace demasiado larga sin el poema.

En ocasiones, uno creyera escuchar los ruidos ambientales, los diálogos, pero por lo general se hace más evidente la disociasión que existe entre el sonido y la imagen dentro de la película.

Se vuelve más sencillo apreciar algunos errores, como sombras, cortes falsos o escondidos, fueras de foco, flares, porque no existe esta atmósfera que tan bien sabe crear Artemiev y que nos envuelve completa y absolutamente, evitando así que estemos constantemente analizando la película formalmente con demasiado detenimiento.

Algunas secuencias, como la de la imprenta, pierden un poco, porque sonoramente son alucinantes y se siente que falta eso cuando uno las mira.

Cuando la chica baila flamenco, sin sonido, no se nota que lo que este bailando sea flamenco, uno entiende mejor porque el papá le pega.

En la última secuencia sí extrañé a Bach.

http://www.reverseshot.com/files/images/pre-issue22/mirror11.jpg

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