viernes, 28 de mayo de 2010

Ejercicio 1

Poner cinco ejemplos de tiempo abstracto en cine (nombrar películas o videos, poner stills) y explicar de que abstracción se trata.

Tiempo emocionalmente introspectivo de tipo relativo y altamente complejo. (no sé como nombrarlo) El final de El Espejo, cuando la abuela está con sus hijos caminando, pero ella está físicamente en un tiempo presente y los niños están físicamente en un tiempo pasado.  Nos habla sobre como se siente el personaje principal en su tiempo presente, ya de adulto, a punto de morir, con respecto a la relación que llevó durante toda su vida con su madre.  Relativo a su madre, él se sentía otra vez de seis años.  Al mismo tiempo es una especie de premonición que se encuentra teniendo la madre en tiempo pasado sobre como será la relación con su primogénito cuando se atreve a reconocer consigo misma que anhela un varón.




Tiempo suspendido.  En Reflecting Mirror de Bill Viola, cuando el hombre no cae al lago, el tiempo queda suspendio, pero sólo su tiempo, pues el resto, el del paisaje visual continúa fluyendo tranquilamente.



Tiempo trance.  En Stalker, cuando los tres personajes van en el vagón acompañados de un magnífico score de Artemiev, en realidad es un tiempo de estilo trance o hipnótico.  Llegan a la Zona y nosotros como espectadores aceptaremos cualquier cosa, pues ya nos encontramos en otro estado mental, emocional y espiritual.



Tiempo Contenido.  El tiempo contenido en una presencia.  El tiempo que indica que se estuvo presente.  Una especie de aura materializada en un detalle.  Como el vaho de la taza en El Espejo.



Tiempo Vivencial.  Cuando se escapa la gravedad durante unos instantes en Solaris.  Los personajes principales extienden el tiempo a como lo viven en ese momento.  Es un tiempo subjetivo, en el que las cosas parecieran prolongarse indefinidamente.



En solaris también se podría hablar de otro tipo de tiempo.  El del personaje de ella.  Es una especie de tiempo vacío, pues en realidad no existe.  Es un tiempo inventado por el mar a partir de los recuerdos de él.  Es un tiempo muy complejo.

Matthew Barney

Cremaster.  Cine completamente plástico y estético.  El blanco y la limpieza que sólo pueden recordarnos a la esterilización.  No hay ningún tipo de vida visible y la que parece existir es completamente inorgánica, perfecta.  Pero de repente aparecen las uvas y la tela en el coche.  El contraste lo vuelve todo mucho más burdo.  Es completamente sexual. Pero ¿qué tipo de sexualidad?  Una íntima y hasta cierto punto escondida, pero por escencia, una sexualidad de lo abyecto, lo cual vuelve complicada su intimidad y sus ganas por esconderla.  

En realidad no sé que pensar de Cremaster y de Matthew Barney.  Me habría gustado terminar de ver la serie.  Leer un poco sobre el proyecto.  Escucharlo más tiempo hablar sobre el tema.  Discutir más.  Descubrir más pistas.  Creo que sé muy poco del proyecto como para generar comentarios que aporten algo.  Ni siquiera sé aún si me gustó o no, sólo sé que me intrigó.



Doug Aitken

Diamond Sea.  Un diamante en el mar.  Un artista visual que se apropia del espacio natural y que recurre al video como medio de registro.  Al final la pieza que se vende es el video, no la apropiación del espacio.  Si el artista sabe esto de antemano, como es lógico, entonces toda su idea tiene que estar lograda sin dejar de lado el resultado final (el video).  Situación que lo vuelve tanto más video artista que artista visual, pues al final tiene que pensar como va a abordar la pieza con el video primero y con mayor cautela que en la pieza en sí.  La posibilidad de modificar las cosas con la edición, con los encuadres y con todas las herramientas que el video proporciona debería de estar presente en la la mente del creador todo el tiempo.



Bill Morrison

Decasia.  Jugar con los hongos del material.  Incorporar las fallas.  Usar el paso del tiempo a favor de uno.  La idea suena tan desquiciada como habrá sonado la primera vez que alguien propuso comer queso con hongos o hacer vino o cualquier otro alimento que se aproveche de la descomposición del material original.  Sin embrago, los resultados siempre son increíbles.  El trabajo de Bill Morrison me parece Brillante.  La idea de llevarlo a cabo, pero no sólo eso, sino la manera en la que termina incorporando las descomposiciones, como los vuelve parte de la narrativa y genera ritmos a partir y a través de ellos.  El montaje es sensacional.  Las texturas.  La organicidad del material.  Está vivo y cambia.  Está vivo gracias a aquello mismo que lo está destruyendo... a los hongos, al tiempo.  Es tan paradójico como entender que a nosotros, los seres humanos, termina por destruirnos aquello sin lo que nos sería imposible vivir, pues el oxígeno es vital al mismo tiempo que mortal, nos oxida hasta que ya no podemos respirar.





Peter Tscherkassky

Dream Work.  El principio, en el tren que avanza, me recordó mucho a Europa de Lars Von Trier.  Lleno de misterio, de movimientos impredecibles, de obscuridad.  Las cosas no avanzan como uno esperaría.  Curioso, porque un tren promete tranquilidad en tanto que la ruta es predecible, está sobre vías, no hay mucho espacio para la improvisación y sin embargo, tanto el trabajo de Tscherakassky, como el de Von Trier, generan mucha inseguridad en tanto a cual terminará siendo el destino... probablemente no el prometido.  Conforme avanza Dream Work uno se da cuenta que estaba en lo correcto.  El título, Dream Work, nos había engañado.  Esto no se trata de un sueño, sino de una pesadilla.  Comienza el juego visual de sombras, de imágenes sobrepuestas, de confusión y terror.  Es una violación.




 Manufraktur.  Coches.  Coches.  Coches.  Unas piernas femeninas cruzan el cuadro.  Coches.  Coches.  Coches- Un sin fin de loops.  El tiempo comienza a fragmentarse, cada vez más rápido, cada vez en fracciones más pequeñas.  Hasta que termina en líneas.  Abstraído en las líneas que conforman su movimiento.  Líneas que viajan tan rápido que no somos capaces de apreciar como tal.  Un juego de montaje que genera un ritmo veloz y embrutecedor.

Peter Kubelka

Adebar.  La abstracción del movimiento.  Una danza sin personalidad.  Las formas son lo único que importa, las que se crean debido a la luz y a la obscuridad que se generan por el movimiento de los danzantes.  Hace poco vi un corto Tijuanense creado en Barcelona (Sector T de Sal Ricalde) en el que salía una chica bailando, pero desnuda.  El ejercicio es completamente distinto, uno sigue viendo primero a la persona y después al baile o a los movimientos generados.  Con el cuerpo desnudo uno no puede evitar mirar la manera en la que los músculos se contraen, en la textura de la piel, en el brillo del sudor.  Uno se pierde del movimiento por eso me gustó tanto Adebar, porque de verdad logra que nos concentremos únicamente en el baile.  Hermoso baile.




miércoles, 26 de mayo de 2010

Joseph Cornell

By Night with Torch and Spear.  El humo sube y es atrapado.  Una sensación onírica envuelve a todo el corto.  La gente camina para atrás.  Lo que baja, sube.  Los tonos amarillos.  El fuego superando la sensibilidad del material.  Luego más tonos rosas y después el negativo puesto tal cual.  Los blancos aún siendo negros y los negros todavía queriendo ser blancos.  Recuerda mucho a Winter Solstice pero abordado desde un ángulo más humano.  

El fuego tiene la capacidad de hipnotizarnos a todos.  Verlo aparentemente controlado en una fogata y no poder dejar de verlo.  Saber que al final parece aparecer de la nada y sólo cuando él quiere... y desaparecer cuando así le place.  Se pierde la magia estando en la ciudad con los encendedores.  Pero un fuego real, un incendio, es hechizante y no es de extrañarse que tantos autores decidan incorporarlo en sus decisiones creativas.