viernes, 28 de mayo de 2010

Peter Tscherkassky

Dream Work.  El principio, en el tren que avanza, me recordó mucho a Europa de Lars Von Trier.  Lleno de misterio, de movimientos impredecibles, de obscuridad.  Las cosas no avanzan como uno esperaría.  Curioso, porque un tren promete tranquilidad en tanto que la ruta es predecible, está sobre vías, no hay mucho espacio para la improvisación y sin embargo, tanto el trabajo de Tscherakassky, como el de Von Trier, generan mucha inseguridad en tanto a cual terminará siendo el destino... probablemente no el prometido.  Conforme avanza Dream Work uno se da cuenta que estaba en lo correcto.  El título, Dream Work, nos había engañado.  Esto no se trata de un sueño, sino de una pesadilla.  Comienza el juego visual de sombras, de imágenes sobrepuestas, de confusión y terror.  Es una violación.




 Manufraktur.  Coches.  Coches.  Coches.  Unas piernas femeninas cruzan el cuadro.  Coches.  Coches.  Coches- Un sin fin de loops.  El tiempo comienza a fragmentarse, cada vez más rápido, cada vez en fracciones más pequeñas.  Hasta que termina en líneas.  Abstraído en las líneas que conforman su movimiento.  Líneas que viajan tan rápido que no somos capaces de apreciar como tal.  Un juego de montaje que genera un ritmo veloz y embrutecedor.

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